El País Vasco mantiene la pensión media más elevada de España, con 1.072 euros al mes frente a 868, lo que representa una diferencia del 23,5%. Esta ventaja se ha mantenido a lo largo de las últimas décadas con altibajos y tiene su origen en los salarios más elevados que se pagan en la comunidad autónoma; un hecho que, a su vez, está en parte determinado por la diferente composición del tejido productivo, con una alta presencia industrial, sector en que las retribuciones son más elevadas que en el resto de actividades. Desde 1991, año anterior a la penúltima recesión, la diferencia de la pensión ha crecido en 3,6 puntos, pero, por el contrario, ha bajado desde 2008, cuando al comenzar la actual crisis era del 24,8%.
Esta ventaja no impide que el sistema de pensiones en el País Vasco arrastre desde hace casi una década un déficit creciente, de cientos de millones de euros al año, que se ha agravado con la destrucción de empleo de los últimos ejercicios. A esto contribuye el hecho de tener unas prestaciones más elevadas que la media y también que tenga una proporción de cotizantes por pensión inferior al resto de España; en concreto de 1,66 en el mes de marzo, frente a 1,76 del conjunto del país.
Sin embargo, el sistema de pensiones es algo mucho más dinámico de lo que pueden marcar las diferencias salariales y las bases reguladoras utilizadas para el cálculo de las mismas. Las políticas redistributivas de los gobiernos de turno pueden tener una incidencia a corto y medio plazo muy importante en la evolución media de las prestaciones. Por ejemplo, las últimas medidas de ajuste de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y de Mariano Rajoy, en las que las pensiones más bajas recibieron un trato más favorable que el resto en las subidas de dos ejercicios, han influido de manera determinante en la reducción de la diferencia que mantiene la prestación media en Euskadi con respecto al conjunto del sistema. Y ello porque al tener la comunidad autónoma las prestaciones más altas, las medidas que benefician a las bajas le afectan menos.
Y es que, según los datos manejados por el Gobierno central en la elaboración de los últimos Presupuestos del Estado, el País Vasco tiene el porcentaje más bajo de pensiones mínimas -aquellas que son complementadas para alcanzar un nivel fijado por el Gobierno-, situado en el 13,5%, menos de la mitad del 27,7% de media nacional, cuando comunidades como Extremadura o Castilla-La Mancha rebasan el 50% y el 40% respectivamente.
El País Vasco tiene también la pensión media de jubilación más alta el sistema, con 1.229 euros al mes, frente a los 995 del conjunto de la Seguridad Social, lo que representa una diferencia del 23,5%, la misma que en la prestación media. Este factor también contribuye a mantener la distancia que disfrutan las prestaciones vascas, porque las de jubilación son el 62,7% del total, frente al 60,3% nacional. Una diferencia que es inversa en el caso de las pensiones de invalidez, que representan solo el 8,20%, casi dos puntos menos que el 10,15% nacional.
1,5% más de beneficiarios
En el último año, el número de pensiones ha crecido en la comunidad autónoma vasca ligeramente por debajo de España, el 1,5% frente al 1,6%. Y la pensión media ha aumentado el 1,8%, una décima más que en el conjunto del sistema, pese a que la subida aplicada por el Gobierno fuera de solo el 0,25%. Sin embargo, el aumento de pensionistas y el "efecto sustitución" (las pensiones nuevas generadas son más altas que las que desaparecen por el fallecimiento de su titular) ha supuesto un aumento del gasto del 3,4%, para totalizar la nómina del mes de marzo 7.946.371 millones de euros. En Euskadi, se abonaron a los pensionistas 559,2 millones, el 3,35% más, según los datos publicados ayer por el Ministerio de Empleo.
Por otro lado, la Comisión Europea publicó ayer un informe que vaticina que veintitrés de los veintiocho países de la Unión Europea (UE) habrán subido hasta el 2020 la edad de jubilación y en el caso de España será de 66 años y cuatro meses, una de las cotas más altas de Europa. En 2009, más de la mitad de los estados de la UE, incluida España, tenía fijada la edad legal de jubilación en los 65 años. No obstante, la edad real de salida del mercado laboral se situó en 62 años de media en 2010.
En los seis últimos años la ventaja ha bajado como consecuencia de decisiones políticas